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El Laboratorio de Máquinas y Motores de la Escuela "Otto
Krause", único por sus características aún hoy en
nuestra Patria, es producto de la visión, voluntad y capacidad de
toda una pleyade de hombres que forjaron la Enseñanza Industrial;
y en especial de dos: los ingenieros Eduardo Latzina y Pedro Torre Bertucci.
Según palabras del Ing. Latzina: "...ha sido una de mis preocupaciones constantes
la de imprimir a la enseñanza de todas las asignaturas el carácter
práctico y experimental".
Para observar y estudiar la organización, funcionamiento y métodos de enseñanza
práctica en tales laboratorios en los paises técnicamente
más avanzados; se dirige a Europa donde además, podrá
lograr que las instalaciones para la central tengan características
especiales, para permitir un estudio más profundo que en aquellas
meramente destinadas a producir energía eléctrica con el
mayor rendimiento posible.
Al retornar de dicho viaje (Agosto de 1912) se avoca de inmediato a la ejecución
de las obras de albañilería que se realiza con personal de
los talleres de la Escuela. Debe tenerse presente la magnitud de la tarea: debía
excavarse para construir el subsuelo donde se instalarían las calderas;
y a más de 5 m de profundidad hacer la fundación para las
mismas. Dado que la Escuela está construída en terrenos ganados al río
cuando éste crecía aparecía agua en la excavación
lo que obligaba a trabajar con el agua hasta las rodillas y bombeando permanentemente.
A poco de finalizar esta tarea llega al país la maquinaria y el
personal encargado de su instalación, parte del cual se retira al
estallar la guerra en Europa.
Todos éstos inconvenientes no logran sembrar el desánimo y se prosiguen
la obras llegándose en 1916 a la habilitación de la central
luego de cumplir en forma satisfactoria con todas las pruebas a que se
la somete para comprobar su buen funcionamiento.
En años subsiguientes, con el empuje y el amor por la enseñanza
técnica; el Ing. Latzina y su eficaz y constante colaborador el
Ing. Pedro Torre Bertucci continúan instalando distintos equipos
en el período 1921/1926, llegándose así a tener un
laboratorio que es un orgullo para nuestro país, y que en su época,
podía situarse entre los más completos del mundo.
Gracias a la dedicación y capacidad de muchos que siguieron
la huella de aquellos hombres, aún hoy se encuentra casi intacto
este patrimonio acrecentado por ejemplo un
banco de pruebas de motores Otto y Diesel
e instrumental de medición y ensayo, una turbina Francis, un turborreactor Rolls Royce
Derwent V y dos turborreactores Turbomeca Marboré IIc.
Entre todos estos continuadores se destaca la figura del Profesor Lorenzo Lambruschini
que durante más de 35 años no solo enseñó la
teoría y la práctica de las mediciones y máquinas
a utilizar en el Laboratorio sino que además realizó y/o
guió personalmente las tareas de mantenimiento e inslalación
de las mismas, en muchos casos fuera de horario, en los fines de semana,
o durante los recesos escolares.
Ya jubilado, es de aquellas personas poco comunes que hacen que la palabra
"docencia" se escriba con mayúsculas, se pronuncie con el mayor
de los respetos y se ejerza no como un empleo más, sino como una
forma de vida. Aún hoy, cuando un problema parece desbordarnos o
necesitamos la voz de la experiencia, continúa junto a nosotros.
Es también nuestro Tutor cercano en cada ensayo de la central
eléctrica.Queremos a través de esta sencilla página expresar
nuestro máximo respeto y agradecimiento a quienes tanto han hecho
por nuestra Escuela y en especial por este Laboratorio.